Maria Luisa Amugu es una vecina de Cerdanyola, portavoz de la Plataforma de afectados por la hipoteca del municipio, que vio como el pasado noviembre su vivienda era embargada tras la imposibilidad de hacer frente a la cuota hipotecaria y que este pasado 5 de mayo estaba previsto que fuera deshauciada. Finalmente, Amugu, con dos personas a su cargo, afectadas por una discapacidad, seguirá en su piso a cambio del pago de un alquiler a su banco, Banco de Santander, si bien su deuda con la entidad bancaria, propietaria del inmueble, continúa viva.Enfermera de profesión, en 2005 Maria Luisa Amugu se vio obligada a dejar su carrera profesional por problemas de salud, pasando a ser pensionista y sufriendo una disminución muy considerable de sus ingresos. En esos momentos hacia siete años que había adquirido una vivienda y de pagar inicialmente una cuota hipotecaria de 900 euros, ésta se incrementó hasta los 1.600 euros. Ante la imposibilidad de poder pagar esta cuota, Amugu rehipotecó su vivienda, tasada en 384.000 euros.
Amugu explica que su deuda era de 268.000 euros y que durante varios años intentó negociar con su banco, Banco Santander, sin embargo, ante el impago de cuotas, la entidad procedió al embargo, adquiriendo el piso por 218.000 euros y reclamándole, de acuerdo con la ley vigente, el pago de la diferencia -unos 50.000 euros-, más los intereses y costas judiciales -otros 80.000 euros-.
Amugu recuerda que su voluntad era entregar su piso como dación en pago y saldar la deuda bancaria, pero en su momento no se alcanzó acuerdo y el pasado noviembre el juzgado decreto el embargo de la vivienda previa reclamación, en verano, de la entidad bancaria.
Ante esta situación y la amenaza del deshaucio sobre su cabeza, la vecina de Cerdanyola, se movilizó, en el marco de la Plataforma de afectados por la hipoteca, y constituyó junto con otras personas una plataforma local de afectados, un espacio en el que compartir experiencias y llamar a la movilización ciudadana para lograr una modificación de la legislación actual y conseguir que las personas que son deshauciadas de su casa vean saldada la deuda con su entidad financiera.
El pasado 5 de mayo estaba previsto que Amugu fuera deshauciada de su domicilio, sin embargo un acuerdo de última hora con el banco posibilitará que puede seguir habitando su piso a cambio del pago de un alquiler. En cualquier caso, "mi deuda con el banco se mantiene viva y sigue subiendo", remarca Amugu, quien se muestra convencida de que, además de su perseverancia y espíritu combativo, la presión ciudadana y mediática han sido "claves para que no me echen de mi casa". En cualquier caso, Amugu tiene claro que "continuará peleando" para lograr un cambio de la legislación actual, "una auténtica injusticia y aberración".
