El Govern de la Generalitat ha aprobado impulsar una prueba piloto en el carril bus-VAO de la C-58 entre Ripollet y Barcelona para analizar la segregación de motocicletas en los accesos de las grandes ciudades y si esto beneficia a la seguridad vial. Este ensayo se enmarca en el programa de actividades del Pla de Seguretat Viària 2019, que también prevé señalizar, con marcas en el asfalto, las curvas peligrosas como medida de prevención de accidentes de motocicleta.
La prueba piloto del carril VAO afectará de momento únicamente a los cinco kilómetros del carril de la C-58, entre Ripollet y Barcelona, por el que ya pueden circular autobuses públicos, vehículos con alta ocupación y motocicletas. La diferencia es que ahora todas las motos deberán coger este carril segregado, para analizar si la medida reduce la siniestralidad. La fecha de entrada en vigor de esta obligación aun se desconoce, aunque debe estar sujeta a la instalación de las necesarias señales.