Los indignados de Cerdanyola levantaron el pasado sábado la acampada que llevaban a cabo en la plaza Abat Oliba, abriendo, según explican desde el movimiento, una segunda etapa de actividad que buscará "formas de organización y trabajo más eficiente". El movimiento local participó el pasado domingo en la concentración unitaria que tuvo como escenario la plaza Catalunya de Barcelona.
El fin de la acampada en la plaza Abat Oliba significa, según apuntan desde el movimiento, el inicio de una segunda etapa en la que se pretende "mantener la lucha con "una organización y un trabajo más eficiente". En principio, los indignados de Cerdanyola tienen previsto mantener dos asambleas por semana, continuar con la organización de charlas y actividades, mantener instalado el punto de información y hacer difusión de su manifiesto a través de grupos de trabajo distribuidos por barrios. Un manifiesto en el que se plantean diversas propuestas, resultado de los procesos asamblearios llevados a cabo por los ciudadanos que han participado durante dos semanas a raíz del movimiento del 15M.
Entre otras medidas, en materia política y económica, se reclama una reducción significativa del sueldo de los políticos y la supresión de los cargos de confianza, presupuestos participativos y reducción de los gastos en propaganda institucional. El movimiento también aboga por las consultas populares vinculantes, la creación y legitimación de las asambleas de barrio y consejos ciudadanos, la destitución de los políticos que no cumplan el programa electoral por el que se les votó y la potenciación de la participación en los plenos y plenillos con espacios adecuados para el público.
En materia de servicios públicos y sociales, los indignados reclaman, entre otras medidas, una "participación activa y real" para ampliar y mejorar los servicios de los CAP de Cerdanyola, y la construcción inmediata del hospital Ernest Lluch, "de titularidad y gestión totalmente pública, sin excusas ni intereses inmobiliario-especulativos que van asociados".
El movimiento también defiende una educación "laica, con los recursos necesarios, pública y de calidad", la creación de más guarderías municipales y de gestión pública y la ampliación de los presupuestos en la educación primaria y secundaria, así como la ampliación de la oferta de la escuela de adultos, la continuidad del bachillerato nocturno en Cerdanyola y el reconocimiento del derecho y la necesidad de la educación en el tiempo libre, dotándola de los recursos necesarios y entendiéndolo como derecho público municipal.
En materia de bienestar social, el manifiesto remarca la necesidad de promover la creación de servicios de atención a personas con diversidad funcional, de gestión pública y "transparente", y que se trabaje "desde el respeto y por la autonomía real"; la creación de centros abiertos municipales para prevenir y atender casos de exclusión social; la creación de servicios a la gente mayor, plazas de residencia pública, pisos tutelados, centros de día y casales municipales proporcionales a la cantidad de población, entre otras propuestas.
En relación al ámbito laboral, se reclama la dinamización del punto de orientación al trabajo de Can Serra, el fomento de la autocupación y la creación de cooperativas, mientras que en materia de migraciones se reclama que se facilite el arrelamiento social de las personas inmigrantes por vía administrativa, lingüística y de servicios.
El manifiesto también dedica un apartado a la ecología y medio ambiente, reclamando, entre otros aspectos, la solución inmediata de la problemática de los vertederos y una gestión sostenible y local de los residuos, y el compromiso del Ayuntamiento para resolver los casos de afectados por el amianto.
Por otra parte, los indignados reclaman un nuevo plan de urbanismo social para solucionar los problemas de vivienda; que se determine la finalización del crecimiento urbanístico fuera del núcleo urbano, y el compromiso por escrito por parte del Ayuntamiento para frenar los desahucios de familias de forma inmediata.
Finalmente, el manifiesto aboga por la creación y promoción de espacios y servicios interculturales de gestión municipal, el fomento de la cultura popular y alternativa en la calle, y, por otro lado, la creación inmediata de un refugio de animales abandonados o perdidos.